Washington, 7 feb (Prensa Latina) A nueve asciende hoy el número de muertes en California tras un fuerte temporal asociado a un río atmosférico que llegó a ese estado norteamericano el fin semana acompañado de intensas lluvias, vientos y nevadas.
Las precipitaciones que, según los pronósticos, se disiparán a partir de este miércoles, rompieron récords en esa parte del oeste de Estados Unidos.
Inundaciones, deslizamientos de tierra, problemas con el suministro eléctrico, afectaciones en los vuelos y áreas devastadas, se suman a los reportes e imágenes que llegan desde California.
Como consecuencia de la situación meteorológica el gobernador Gavin Newsom declaró el estado de emergencia y emitió órdenes de evacuación y advertencias para los residentes dentro y alrededor de Sun Valley, Topanga, Juniper Hills y otras áreas, el fin de semana.
Mientras la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, aprobó también una declaración de emergencia para poder garantizar que «la ciudad tenga los recursos necesarios para responder a la tormenta ahora, pero también en el período de recuperación».
«Con una lluvia sin precedentes, vino una preparación sin precedentes, y ahora llega una respuesta sin precedentes», dijo Bass en conferencia de prensa el lunes.
El total de precipitaciones en Los Ángeles ya se encuentra entre los más importantes en la historia de los registros meteorológicos en la urbe.
Los científicos advirtieron que en California dos factores están potenciando las precipitaciones y el poder destructivo de la tormenta de esta semana: la crisis climática y el fenómeno de El Niño.
El evento climático no solo vino precedido de temperaturas cálidas récord en el oeste del país, sino que las temperaturas oceánicas mundiales alcanzaron igualmente máximos históricos.
Respecto al río atmosférico, los expertos lo definen como una banda de humedad larga y estrecha que transporta vapor de agua desde los trópicos hacia la zona oeste de Estados Unidos.
«Estas columnas de vapor se mueven y transportan una cantidad de vapor de agua aproximadamente equivalente al flujo promedio del líquido en la desembocadura del río Misisipi», subrayó la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Justo cuando esas columnas de agua, o ríos atmosféricos, tocan tierra, se convierten en fuertes lluvias o nevadas.